Aerotermia y suelo radiante, ambas técnicas conforman el mejor sistema de climatización que existe actualmente al proporcionar una alta eficiencia energética, un confort térmico inigualable y altos niveles de ahorro económico.
Si te encuentras sumergido en el proyecto de construcción de tu nueva vivienda, vas a reformar la que ya tienes o estás valorando renovar tu sistema de climatización, seguro que has pensado o, al menos, has escuchado las ventajas que proporciona el suelo radiante. Pero… ¿sabes una cosa? Siempre se puede mejorar, siempre se pueden exprimir un poquito más sus capacidades.
Por eso, hoy te traemos una alianza energética que a buen seguro estudiarás con detenimiento: combinar el suelo radiante con la aerotermia, con la que no solo proveerás de toda la energía necesaria a tu red de suelo radiante, además obtendrás agua caliente sanitaria a un bajo coste y con unos resultados altamente eficientes. Todo gracias a la fusión del elevado rendimiento de la bomba de calor aerotérmica y la agradable distribución calorífica del suelo radiante. Y es que se trata de la mejor opción del mercado que existe hoy en día por su comodidad, confort térmico y ahorro energético. ¿Te ha picado la curiosidad, verdad? Pues veámoslo por partes.
Suelo radiante: pies caliente, cabeza fría
El suelo radiante es un circuito de tuberías que se instala bajo el pavimento de la casa y por las que circula agua a una determinada temperatura, habitualmente entre los 40ºC en invierno y los 16ºC en verano. Esa agua caliente va emanando su calor de forma homogénea desde el suelo hasta la altura de la persona, creando un ambiente muy placentero con un consumo energético muy pequeño.
Así siempre tendrás los pies y el cuerpo calientes al tiempo que la parte superior de la habitación goza de unos valores algo más bajos, ayudándote a mantener la mente fría para tomar decisiones y evitando los típicos dolores de cabeza y el agobio que a veces genera el calor.
En los últimos años el suelo radiante ha experimentado grandes avances tecnológicos y se ha convertido en uno de los sistemas más populares en los países del norte y el centro de Europa debido a su versatilidad, su provecho económico y su nulo impacto visual. Conjuntamente, también puede utilizarse para refrescar las estancias al tener la capacidad de impulsar agua fría, lo que suscita una sensación similar a la que seguro que has experimentado al entrar en una iglesia en pleno verano.
A ello se une el control que otorga al usuario, tanto en la regulación de la temperatura del agua como de la climatización independiente de cada una de las estancias de la vivienda: salones, cocina, dormitorios, aseos… Si necesitas saber más sobre las características y posibilidades de instalación de un suelo radiante, echa un vistazo a nuestra entrada Mantenimiento del suelo radiante (cuándo hacerlo, cómo y cuánto cuesta…), donde te contamos todo lo que necesitas saber sobre este revolucionario sistema.
Aerotermia, el poder energético del aire
La aerotermia se compone, fundamentalmente, de una bomba de calor que extrae su potencia del aire exterior. Sí, has leído bien, ¡del aire! Este método genera calor y frío y solo requiere de un mínimo de electricidad para funcionar, en torno a un 25%, que se utiliza para mantener activo su circuito. El resto de la energía, como ya hemos dicho, la consigue del aire, una fuente natural, gratuita e ¡inagotable! Incluso la Organización Mundial de la Salud ha llegado a recomendar su uso en los hogares por su formidable faceta ecológica y su ahorro energético.
Su proceso termodinámico es muy sencillo: la bomba de calor aspira aire del exterior y vuelca su temperatura en un fluido refrigerante que, a su vez, transmite su energía producida al dispositivo de calefacción y el agua caliente del inmueble. Este mecanismo, a primera vista tan elemental, es capaz de convertir una unidad de energía eléctrica en 4 o más unidades de energía y trabajar a pleno rendimiento incluso con temperaturas muy bajas en invierno u olas de calor en verano, lo que lo convierte en uno de los más eficaces de la actualidad.
Si quieres conocer más en profundidad cómo funciona la aerotermia, puedes descubrirlo en nuestro post la aerotermia, una fuente de energía renovable.
Combinación de la aerotermia con el suelo radiante
Las bombas de calor de aerotermia pueden ser aire-aire o aire-agua. El primer modelo sería semejante al de un aire acondicionado, calentando o enfriando directamente el interior de la vivienda. Sin embargo, las más habituales son las segundas, las cuales calientan o enfrían un líquido que a la postre es el que termina climatizando la casa.
De tal manera, la aerotermia encaja perfectamente con las necesidades de climatización de un suelo radiante. Es más, parecen diseñados el uno para el otro, pues la bomba de calor suministra temperaturas de impulsión (la graduación del agua en la red de calefacción) menores que una caldera. A su vez, el suelo radiante funciona, justamente, con valores de impulsión menores que los requeridos por los radiadores convencionales.
Por ejemplo, si comparamos el rendimiento del suelo radiante como los radiadores, podremos comprobar que para conseguir una temperatura de unos 26º con el primero necesitaremos calentar el agua hasta los 32-35º. Por su parte, para alcanzar ese registro con los radiadores será necesario que el agua se caliente hasta casi los 70º. Una diferencia que aportaría un ahorro de hasta un 40% de energía.
Paralelamente, una vez apagado el sistema, su calor perdura aún más en el interior del inmueble debido a lo que llamamos inercia térmica, una propiedad que ayuda a que la temperatura penetre mejor en el suelo, las paredes e incluso los muebles al calentar el lugar gradualmente en vez de realizarlo de forma instantánea. Lo que hace que el ambiente confort tarde más en disiparse.
Ventajas de aerotermia + suelo radiante
- Alta eficiencia energética. Al consumir mucha menos electricidad que los sistemas tradicionales, tus facturas se reducirán desde el primer momento.
- Sostenibilidad. Es un método de climatización totalmente sostenible al ser alimentado por una energía renovable.
- Ecología. Tu tasa de emisiones de CO2 se desplomará hasta en un 80% en comparación con los combustibles fósiles.
- Ahorro. Por sí solo, el suelo radiante brinda un ahorro de entre un 20-30%, pero con la aerotermia esa tasa se dispara hasta ¡un 80%!
- Silencio. Son dos sistemas con un bajo nivel sonoro, por lo que no sufrirás ruidos durante su funcionamiento.
- Más espacio. Al prescindir de radiadores las viviendas pueden lograr hasta un 5% más de espacio útil, así como una mayor armonía decorativa y visual.
- Seguridad. Ni la aerotermia ni el suelo radiante emiten gases, por lo que no se necesitan chimeneas o salidas de humos. Y al carecer de radiadores es mucho más seguro para los niños pequeños al impedir que puedan quemarse al tocarlos.
- Higiene. Al no transmitirse el calor o el frío por corrientes de aire se evita el movimiento de polvo en las estancias, lo que redunda en la creación de ambientes más higiénicos, sobre todo para las personas con alergias.
- Mantenimiento. Sus procesos de mantenimiento son sencillos, tan solo hay que revisar y limpiar ambos sistemas periódicamente.
- Larga vida útil. Las tuberías que se utilizan para el suelo radiante cuentan con una alta longevidad, pudiendo superar los 50 años. Mientras tanto, las bombas de calor usadas en la aerotermia tienen una vida útil que varía entre los 20 y los 30 años. Debido a todo esto, la rentabilidad de ambas metodologías resulta indiscutible.
Precio e instalación
El precio de una instalación de aerotermia con suelo radiante dependerá de los metros cuadrados de la vivienda. Como estimación, podemos decirte que el costo suele rondar los 50-70 € por metro cuadrado, aunque cada caso requiere de un examen previo para que calculemos un presupuesto personalizado.
Cierto es que su inversión es superior al de un sistema tradicional, pero al conseguir reducir drásticamente el consumo eléctrico y poder mantener la temperatura confort durante más tiempo, el ahorro mensual que se obtiene resulta considerable. Más concretamente, en la ciudad de Madrid, el ahorro energético que se podría alcanzar con respecto a una caldera de condensación es de aproximadamente del 53%.
En cuanto a su instalación, mientras que la bomba de aerotermia requiere poco tiempo y esfuerzo, el suelo radiante sí que es aconsejable para viviendas en procesos de construcción o reformas integrales al tener que levantar todo el pavimento. No obstante, en caso de que por cualquier razón no sea posible su instalación en el suelo, sus tuberías también se pueden colocar en las paredes.
Sea como fuere, si estás interesado en las oportunidades que te brinda esta combinación de aerotermia con suelo radiante, no dudes en llamarnos al 918 71 11 36 o escribirnos al correo electrónico contacto@fusionaire.es para que uno de nuestros técnicos visite tu hogar, te aconseje y te proporcione un presupuesto sin compromiso.